El partido que ganamos. Creanme que cuando seamos viejos y nos pidan acordarnos de 5 partidos, a más de uno se le va a venir a la memoria este partido. Nos lo tomamos como una final y eso se vio en todo y en todos. Desde la previa, la no salida, la masiva concurrencia y el modo de jugar el partido. Aparte quedará la crítica generalizada del festejo, cosa que lamentablemente no dio en la tecla justa.
Se arrancó perdiendo con un gol mañanero de esos que te obligan a ir a buscar un partido y te rompe todo tipo de esquema planteado desde un principio. Todavía no nos habíamos acomodado en la cancha y ellos nos vacunaron. Golpe a la ilusión.
Los planes entonces, debían ser otros. Ya no se trataba de medir tanto al rival, sino de ir a buscarlo porque lo único que queríamos era ganar. Cuando los dos equipos se asentaron en el partido la cuestión se hizo muy clara. Cachaca que de a poco intentaba ganar metros pero que no peligraba en la ofensiva, y Los Chachos que mantenía dos parejas líneas de 4 y en dos pelotazos demostraba todo su poderío ofensivo. Nosotros ganabamos en posesión de balón pero restábamos en claridad, durante el primer tiempo fue muy poco lo que hubo para rescatar. Se tocaba, se avanzaba, pero en la zona de riesgo no se generaba peligro. Ellos aguantaban y en cada una de sus contras pudieron ampliar el marcador. El oportunismo de Chinco y Marcos en dos ocasiones para evitar dejar a Cayo mano a mano con un delantero, y las tapadas del mismo Cayo, hicieron que el partido siguiera 1 a 0.
Atacando por la punta derecha, se empezó a equilibrar un poco más la cosa. El Pacha bien pegado a la raya empezó a desequilibrar y a marcar tendencia. Desde ahí se iniciaron los ataques más peligrosos, sólo bastaba que alguien lo asistiera. Faltaba poco para terminar el primer tiempo y todo se hacía lento, pausado y nos sometíamos a jugar al ritmo de ellos. Nos manteníamos a la expectantes, sabíamos que algo podía pasar, pero se necesitaban alinear los planetas para empezar la levantada. De la manera que terminamos jugando el primer tiempo, debíamos jugar el segundo, y así fue.
Sumado a ello, Los Chachos modificó rotundamente su planteo haciendo uno más conservador aún, reforzando sus dos líneas de 4 para convertirse en una línea de 11. Nos cedieron absolutamente todo, pelota, espacio y protagonismo en el partido. También se podrá decir que los obligamos a retroceder porque los ataques empezaron a ser continuos desde el primer minuto del segundo tiempo. Lo cierto es que ellos salieron a jugar los últimos 45 con un único plan: defender hasta morir.
Y cuando se necesita juego ahí está Cachaca. No tengo recuerdos de haber visto jugar a Mati tan bien. Lo que corrió. Fue el empuje ideal que necesitaba el equipo para ir al frente. Se hizo amo y señor del medio campo y además se complementó de maravillas con Buga. Lo que había sido parejo en el primer tiempo pasó a ser un afano en el segundo. Cachaca gracias a ellos dos, se adueñó de la mitad de cancha y desde ahí la cancha se empezó a inclinar.
Se sabe que en partidos en los que el rival escatima mucho, no hay nada mejor que la pelota parada. También se sabe que nosotros no somos ningunos especialistas en el rubro. Peeeero, cuando hay que ganar, todo es válido. Para ello, Buga pateó un tiro libre en la puerta del área que caía directo a las manos del arquero, pero que se complicaba si alguien desviara la trayectoria de la pelota. Para eso apareció Nacho con un nucazo agónico que terminó de incomodar al arquero. Después de tanto ir y pelear durante casi 30 minutos, Cachaca llegaba el empate, y estaba claro que no se iba a quedar con eso.
Los Chachos ni se inmutó en ir a buscar el partido. Por como venía la mano, hasta el empate les quedaba cómodo. En cambio, nosotros no nos pensábamos conformar. Con las revoluciones a mil por hora y con el corazón en la mano, llegamos al segundo gol. Si el primero había sido agónico, el segundo pudo haber terminado con la vida de más de uno. Se hizo una buena jugada colectiva entre Panqui y Oso pared de por medio, Nacho entró desde el punto del penal hacia el borde del área chica a toda velocidad, le ganó la posición a su marcador y tras el envío del centro, le cambió la dirección a la pelota y a contrapierna del arquero hizo el segundo para el festejo de todos.
No quedaba mucho, pero era injusto que el 2 a 1 llegara a peligrar. Habíamos hecho méritos suficientes para ganarlo y con el resultado a nuestro favor, fue momento de serenarnos un poco, reacomodar el equipo y aguantar, pero a diferencia de ellos, sin necesidad de meternos todos atrás. Desde ese momento la figura de Cayo pasó a ser inmensa. Se cansó de descolgar centros y estuvo pícaro para pedir foul ante el mínimo roce. Sumado a eso, la defensa embanderada por el gran Chinco que tanto extrañaremos el partido que viene, seguía haciendo esfuerzo para terminar de deglutirse a los delanteros rivales. Sólo algún desajuste en pelota parada los podría salvar.
Los tres minutos adicionados fueron innecesarios. La defensa estaba bien parada como para poder quebrarse y el equipo estaba lo suficientemente sólido como para dejarse empatar. Felicitar a todos no es suficiente. Estoy convencido de que el otro día cada uno dio lo mejor y eso se vio en el juego. Cuando el equipo juega así, da gusto. Se puede tener un rejunte de individualidades como las tuvo el rival, pero para eso debe haber un equipo el sostén de un equipo. Cachaca demostró eso.
Cachaca ganó y está más al palo que nunca. Ubicados en la segunda posición, a 5 del puntero con 9 por jugar. No es poca cosa ubicarse en posición de ascenso, pero iremos por más. Ahora se viene Caramacho que se mantiene en mitad de tabla, que les podemos ganar, pero que en la primera ronda inexplicablemente nos hizo 4. Si Mermelada no se piensa caer, que no se caiga. Nosotros tenemos que seguir así, demostrando que pudimos dar pelea hasta el final y que estamos cerca de conseguir algo que ni el mejor estadista del fútbol cuba retiene.
5 comentarios:
"Aparte quedará la crítica generalizada del festejo, cosa que lamentablemente no dio en la tecla justa."
?
una romántica forma de decir que fue una poronga la noche del sábado.
lo que no dio en la tecla justa fue esa frase malisima
qué partido muchachos!
sábado a la noche q.n.d.e.p (que no descanses en paz, hijo de puta)
te encanta chuparle la poronga a mati
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