El sueño del pibe.
Nos odian, no nos pueden ver. Son los de si seño, los familiares, los mismisimos que nos vieron nacer y ahora seguimos creciendo mientras ellos permanecen y se van cada vez más para abajo. Ver una camiseta verde motiva por sí sola, y si hablamos de una instancia eliminatoria la motivación es tal que pasa lo que pasó: Cachaca juega el fútbol que gusta la gente. A no perder eso, a no tener que esperar hasta una instancia definitiva, que en la Copa seguimos avanzando y en el torneo lentamente trepamos posiciones.
Se ganó bien, sacando esos 15 o 20 minutos del primer tiempo en el que nos olvidamos de jugar y los despertamos un poco a ellos, Cachaca hizo todo bien. Arrancó con todo, lo borró al rival de la cancha, ocupó bien el lugar en la cancha y propuso el juego cerca del rival, donde nos es más preferible a nosotros. La clave estaba en el movimiento se dijo, y para ello fue importante lo que hicieron los delanteros. Ni Oso ni Pipa estuvieron, durante los primeros minutos, en sintonía con el equipo, pero nunca desesperaron, se movieron, la pidieron y pocas veces les llegó. Por eso fue más que bueno el trabajo de los volantes, compacto, con mucha ida para atacar y con algo de vuelta para recuperar, cumpliendo con la premisa de recuperar la posición cuando no se tiene la pelota. Desde la creatividad de los del medio llegó el primer gol, Pacha cumplió a lo largo del partido una correcta labor sobre la banda derecha. Cuando se lo propuso hizo estragos por ahí, desbordó, encaró y llegó hasta el final, y el primer gol fue obra de él: apilada fenomenal, diagonal al medio, centro a Mati que de bolea entrando al área la mandó atroden. Y sí, mientras Oso y Pipa movían marcas y peligraban en el área, Mati entró sorpresivamente y sin que nadie lo tenga en cuenta, por el medio, sólo y sin pedir permiso.
Poco pudieron hacer ellos, minutos más tarde, en una mala salida, a Panqui le quedó la pelota en la puerta del área y ante un arquero que había salido a cortar vaya uno a saber qué, devolvió de primera con la derecha en un pase a la red para sentenciar el segundo. Era 2 a 0 y por como venía la mano parecía que iba a ser una goleada histórica.
Pero Cachaca siempre tiene que sufrir un poquito, si el rival no complica nosotros nos complicamos solos, y si nosotros no nos complicamos solos, nos complica el árbitro. Esta vez el Topo, quien nos tiene más que alquilados, vio un penal a 50 metros y confundió un choque entre Mati y Cayo con una entrada a un rival y sancionó la pena maxima. Por suerte Cayo mostró que está más afilado que nunca y al igual que contra Tacco pudo quedarse con el remate. Pero no, no es suficiente para nosotros, que nos empecinamos en querer complicar las cosas porque creemos que complicandolas se disfruta el doble cuando se gana. Y acto seguido llegó el descuento. El rival sacó una media vuelta exquisita en una baldosa y se la tiró por arriba a Cayo que estaba a mitad de camino, nada para hacer para nuestro golero, ya había sido suficiente con el penal.
Fin del primer tiempo, cabeza fría, algún que otro cambio y una única esperanza: apretar el acelerador que estos viejitos no iban a querer más lola. El 2 a 1 los despertó un poco, pero la tendencia era la misma que la del primer tiempo, Cachaca dominaba, ellos retrocedían y quien te dice que en alguna de esas con alguna contra se quedaban. Prácticamente Cayo no tuvo trabajo porque las veces que ellos se acercaron timidamente al arco, la defensa respondió siempre bien.
A la salida de un tiro libre fallido a nuestro favor, Mati se encontró con la pelota en sus pies y no tuvo más que empujarla para marcar el 3 a 1 y empezar a liquidar el asunto. Desde ahí, Si seño empezó a jugar el no juego que mejor sabe hacer. Hablar, pegar, y por cuando no alcanza llorar. Como siempre, alguna que otra puteada dejan en el anecdotario, a Martín lo acusaron de paralítico, a Panqui de medio boludo, al Culeado lo cargaron por su risa. Digan lo que digan morirán siendo hijos nuestros, y encima el palabrerío cada tanto nos motiva un poco, porque cuando la lampara se frota se hace un gol atrás del otro. Corte en defensa, recuperación de Chinco, descarga para Panqui, pase largo para Chinco que tomó la posta, habilitación estilo triángulo de winning eleven para Pipa que entraba en diagonal, viejito piola que se queda enganchado y habilita a todos, Pipa que la abre ante la salida del arquero, centro al medio y ahí estaba el Pacha que de atrás arrastraba una marca y se había echado un pique fenomenal para empujar la pelota y marcar el (hasta ese momento) gol más lindo de la tarde. Todavía quedaba un ratito, además de autocomplicarnos tampoco somos conformistas. Hubo poca pausas y de lateralización, fuimos muy verticales, y no nos cansamos de atacar, las llegadas a nuestro favor fueron varias, pero por una vía todavía no habíamos hecho ruido, el tiro de media distancia. Y Mati que ya estaba dulce y se había cansado de robar tantas veces la pelota, recibió en mitad de cancha, enfiló para el arco y vio que nadie le salía a atorarlo y que los delanteros estaban marcados, se animó un poquito más, siguió con pelota dominada y cuando levantó la cabeza dijo "má sí, yo me la juego, es por la gloria o por la silbatina" y hete aquí que la primera opción fue la indicada. Terrible chutazo, nunca antes visto arriba, bien lejos del arquero, contra un palo, de esos golazos que se ven muy de vez en cuando y que hasta son capaces de despertar algún "bien Pipita" en algún compañero nuestro.
Así fue, Mati triplicaba su score y Cachaca se llevaba un 5 a 1, idéntico al versión Apertura 2008 en la D por la segunda ronda. Nos espera Banana en cuartos de final y El Clan en el apertura. Este es el camino a seguir, se puede soñar tranquilo, creanme que jugando así me le animo a cualquiera. A motivarse Cachaca a seguir avanzando y a dejar huella y marcar estilo... no hay nada más lindo que jugar al fútbol con ustedes y ganar
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