Se perdió pero paradójicamente la derrota no preocupa tanto como el verse con 0 puntos jugadas dos fechas. Los estadiógrafos dirán que es el peor arranque en la historia. Dos jugados con igual cantidad de derrotas. Por lo comentado, la derrota de los Chachos pudo evitarse, la del sábado menos era previsible en los papeles, pero a decir verdad por lo visto en los 90 minutos hay que reconocer que fue injusto porque Cachaca mereció mejor suerte y porque Cachaca no concretó las incontables situaciones de gol que generó.
Si nos quedamos con el resultado morimos en el intento. Prefiero rescatar la forma, la actitud y las ganas con las que encaramos este partido, mentalizados como una final y jugada como tal. Lindo susto le hicimos pegar al campeón de los campeones, más de uno habrá quedado sorprendido y debe haberse arrepentido de subestimarnos, para la revancha con los recaudos necesarios no quedan dudas de que el partido será distinto.
Cachaca arrancó ganando. Un gol tempranero después de un centro de Panqui en dirección al arco abrió el marcador. Desde ese entonces algo quedó en claro. Su andaribel derecho era lo más flojo a la hora de marcar, y no quiero caer en la bajeza de criticar indirectamente a Parrapapapa, sino que sus flaquezas quedaron en evidencia las veces que se intentó buscar por nuestra punta izquierda. De no ser por el último pase el marcador se ampliaba.
Sabíamos que en esta clase de partidos no te podés descuidar ni un segundo, lo sabíamos. Pero por más de que iba contra nuestra voluntad, en un santiamén jugador número 14 se mandó una de las suyas apiló por la punta izquierda a Panqui y Marcos, burdió descargó para atrás haciendo inválida la salida de Nachilo en búsqueda de una achique y llegó el empate que golpeó duro.
En el medio su acumulación de gente nos desorientaba un poco a la hora de marcar, pero lo cierto es que Darrospide no aprovechaba los espacios generados y nosotros eramos muchos más contundentes a la hora de manejar la pelota. En dos pases pisábamos área rival y así desperdiciabamos varias situaciones de gol.
Y si te confiás y regalás goles, te los terminan haciendo a vos. Un intento de tirar el offside en falso, un desacople defensivo, un mano a mano y un gol recibido como un golpazo a nuestra ilusión. Darrospide se ponía arriba gracias a su contundencia y nosotros con más juego lo sufríamos.
El 2 a 1 parecía inmodificable. Así se consumó el primer tiempo. Nosotros casi librando todo al azar y ellos jugando con nuestro nerviosismo. Llegó el entretiempo y con él los cambios. Algo de calma y cabeza en frío y la necesidad de ir a buscar un partido que estaba a nuestro alcance. Se jugaron unos intensos primero minutos del segundo tiempo. Se despilfarraron varias situaciones de gol y el equipo decidió volcarse al ataque para ir en busca del empate. A los 15 Rolo entró por Oso y el equipo tardó varios minutos en reacomodarse. Después de una apilada magistral de su volante derecho en el que hizo pasar a más de uno, jugador número 14 aparció nuevamente en escena definiendo al palo más lejano de Nachilo y marcando un 3 a 1 que pareciá morir con el partido.
Desde ese entonces una serie de imprecisiones se hicieron presentes. Más allá de nuestra actitud y ganas, Darrospide se cerraba muy bien atrás y en dos bochazos alejaba el peligro de su área haciendo descansar la pelota en los pies de -en ese entonces- su único delantero que soportaba los embates del Culeado. Sobre el final, entró Buga a hacerle de rueda de auxilio a Mati y desde ahí se vio lo mejor del equipo. Totalmente volcado al ataque ibamos en búsqueda de gloria que pudo haber llegado pero que nos dejó con ese gustito de más.
Faltaban casi 10 minutos cuando llegó el descuento de Panqui. Una buena jugada colectiva que terminó en un zapatazo para concretar el 2-3. Parecía que Darrospide tenía controlado el partido, pero en un abrir y cerrar de ojos nos decidimos a ir a buscarlo y creo que desde ahí se terminó de ver lo mejor del equipo.
A veces el ir tanto el ataque te hace sufrir en defensa y por eso fueron fundamentales dos cierres del Bugato como si fuera un libero de toda la vida. Ya desesperados por el empate Cachaca se desordenó un poco en la cancha pero nunca perdió la forma, es decir, siempre se buscó llegar por abajo y gracias a eso se llegó mucho. Rolo estuvo mejor cuando se acercó más a Pipa en la ofensiva y fue necesario la ayuda de los volantes para hacer llegar la pelota en posición de ataque ya que en defensa la imprecisión era notable.
Terminamos convirtiendo en figura al arquero rival. Eso dice todo. Cachaca buscó y no encontró. Tuvo pasajes en los que se relajó y fue dominado por Darrospide, pero en definitiva la suerte no estuvo de nuestro lado. De todas formas quedarse en eso suena a consuelo, por eso el sábado vs Los Talas iremos por el mismo camino, buscando una victoria que se hace esperar más de lo esperado y ese salto de confianza que nos hará sentirnos cómodos de una vez por todas en la máxima categoría.
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